Las historias de Mañana no te veré en Miami edifican una atmósfera que no solo evita el cliché con que se piensa una ciudad a la que le han estampado adjetivos demasiado fáciles sino que va más allá del noir, el género que le ha robado otros destinos a la literatura escrita en esta parte del sur de Estados Unidos.
La segunda novela del escritor y editor Pedro Medina León (Perú, 1977) es entonces un tanto particular, algo que le impregna una sugerente atracción. Miami Beach y Brickell pierden sentido como guía turística, el exilio –político, económico, sentimental– es una venganza cotidiana: familias divididas, deportaciones, ilegalidad, mentiras. Y todo, narrado con una prosa rápida, clara, que no incomoda al lector con piruetas verbales. Finaliza Mañana no te veré en Miami una suave y triste historia de amor.
Desde el 2001 Medina León vive en Miami. Tal vez por eso creó Sub-Urbano.com, un sitio dedicado a la literatura –habitualmente escriben Teresa Dovalpage, Salvador Luis, Claudio Iván Remeseira– que es un referente de la cultura hispana en Estados Unidos, con más de 20,000 lectores mensuales. Desde hace un año, Sub-Urbano también es un sello editorial.
¿Qué significa para usted la ciudad de Miami?
Miami está reclamando que la tomen en serio. Su problema es que es la ciudad de los tópicos, pero a veces, cuando es necesario, a los tópicos hay que desvirtuarlos. Se supone que Miami es superficial y frívola. Cuesta creer eso de una urbe en la que el habitante promedio es el inmigrante latinoamericano trabajador que busca una segunda oportunidad de vida: ello, por sí solo, lleva a reconsiderar la superficialidad que se atribuye a Miami. Tampoco queremos decir con esto que no haya superficialidad —obviamente la hay—, ¿pero acaso París, Londres, Madrid, Berlín, Roma o Nueva York, grandes ciudades cosmopolitas y referentes mundiales de la cultura, están libres de superficialidad?
Los personajes de su novela parecen perdidos en una ciudad que es mucho más de lo que anuncia la publicidad turística. No hay un sueño americano o si lo hay, parece muy difuso.
Hay un sueño americano, claro. No hablemos de Miami Beach, ni Brickell, eso es “fantasía”, no existe. Hablemos del ‘Miami working class’, del clase mediero. Fíjate como crecen los suburbios de Kendall, o más arriba los de Miramar, con urbanizaciones de casas con dos o tres pisos, en cuyas puertas descansan autos que se renuevan cada año. Fíjate también en el Miami Dade College o en FIU cuántos estudiante están asistiendo a clases. Esas personas por lo general llegan con una mano adelante y otra detrás, a buscar una segunda oportunidad de vida, o que la vida les sonría y puedan conseguir lo que no consiguieron en sus países: casa propia, título universitario, carro, trabajo, etc. Algunos realizan “el sueño americano” y otros no, o no por completo, pero ahí siguen luchando.
Mañana no te veré en Miami es parte de una trilogía que tiene como escenario esta ciudad. ¿Puede contar un poco más sobre el proyecto?
Pretendí escribir un “novelón” delirante ambientado en Miami, pero los personajes se iban por su lado, no conectaban en el mismo libro, así estuve como dos años lidiando con esos susodichos hasta que se independizaron. En los tres libros se cruzan los personajes, los que son principales en uno, son secundarios en otro y viceversa. Pero andan por las mismas calles, los mismos bares y comen en las mismas mesas. Los tres libros están ambientados ahí, en South Beach, que me parece una zona tan fascinante como patibularia donde, un lunes o un martes por la noche, pueden meterte desde un tiro hasta clavarte un puñal en cualquier esquina, o bien puedes cruzarte a Rod Stewart, vestido de blanco, media hora antes o después en la misma esquina.
¿Por qué razón cree que se ha cultivado en Miami una tradición noir?
No creo que haya una sola razón que determine la tradición literaria de una región, pero sí hay factores que contribuyen a cultivar ciertos géneros. La historia de Miami siempre ha ido de la mano de los capos, las mafias, los carteles, el lavado de dinero, los clash cultures. Estos aspectos, sin duda, generan violencia, crimen y vida de excesos. El punto máximo de la degradación de Miami llegó en los años 1980, en aquel entonces esto era una caldera: se cometían seis asesinatos diarios en la ciudad; se edificaba un Downtown con dinero lavado; la cocaína circulaba como delivieries de Pizza Hut, y la presencia latinoamericana, básicamente debida a los desembarcos del Mariel y la inmigración hatiana, se ganó el repudio del anglo.
Usted también es editor. Debe recibir muchos manuscritos. ¿Cómo ve a la literatura de autores de origen hispano en Estados Unidos?
Hay muchos autores y muy buenos, pero falta apoyo institucional así como gestores de actividad literaria; es decir: concursos, editoriales, revistas, críticos y todo lo necesario para que un “ecosistema literario” funcione. Aunque es cierto que hay algunas banderas que ya se están levantando en Nueva York, Texas, Chicago y aquí mismo, en Miami. Precisamente, con Suburbano Ediciones viene un proyecto enfocado en esta ciudad y otro no tanto, los dos son apuestas algo ambiciosas.
Pedro Medina León presenta ‘Mañana no te veré en Miami’ el 12 de diciembre en Books and Books, 265 Aragón Ave, Coral Gables. A las 8 p.m.
ENTREVISTA PUBLICADA EN EL NUEVO HERALD, EL 11 DE DICIEMBRE DE 2013