El último comunista de Miami, libro del escritor y periodista argentino Diego Fonseca, son siete historias que se nutren de elementos de la crónica y el cuento para crear un registro propio: algo así como un “croni-cuento”. Tres de estos “croni-cuentos” presentan una atmósfera miamense y/o muestran la vida del migrante en la gran ciudad: “El último comunista de Miami”, “Caramelos de Omega 3” y “Una buena y sana sopa de pollo”.
El primero es el reflejo de aquel Miami en tiempos de crisis: banqueros sin un duro luego que reventara la burbuja inmobiliaria del 2008 – 2009. En “Caramelos de Omega 3” vemos un matrimonio con todos los componentes de la cultura latinoamericana insertado en el modelo norteamericano. Además encontramos ese eterno lastre de todo inmigrante que vive paralelamente entre “acá” y “allá”. Y en “Una buena y sana sopa de pollo” conoceremos “el ritual” de un gringo mientras hace sus compras en un Publix de Coral Gables. Este no será un gringo cualquiera, sino un veterano de guerra, un ex combatiente de su país que, incluso hoy que Miami es más latino que gringo, mira al latino despectivamente, como a un sujeto que por poco no anda con plumas y a caballo.
Así es Miami y así la vida del migrante, como el libro de Fonseca: vidas y sujetos disímiles que están en las mismas páginas.